La ley de siembra y cosecha, que ha sido establecida por Dios, afecta a todos las personas que viven en la tierra, por lo tanto es importante conocerla bien y aprender a usarla de la mejor manera. Esta ley dice que todo lo que sembremos en la vida, eso cosecharemos también.
Gálatas 6:7-19 = “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.
Dios estableció una ley para nosotros los hombres donde todo lo que hagamos tendrá una cosecha. Según esta ley lo que hagamos será inevitablemente cosechado por nosotros mismos y ningún ser humano la puede esquivar. Esta ley afecta a todos los hombres por igual.
Por lo tanto esta ley nos afecta a todos dado que muchas cosas que vivimos y tenemos hoy son la cosecha de algo que sembramos en el pasado. Todos queremos tener un buen futuro y una buena vida dentro de la santidad y voluntad de Dios y para esto se hace necesario el sembrar bien.
Dios quiere que vivamos su vida y que disfrutemos el vivir con Él. Quiere que disfrutemos el trabajo, el ministerio, las relaciones etc. Dios fue quien creo y estableció la ley de siembra y cosecha para todos los hombres, y nosotros como hijos de Dios debemos ser los que mejor la usan y poder vivir mejor.
Una buena siembra siempre tendrá una buena cosecha y una mala siembra siempre tendrá una mala cosecha.
¿Cuáles son los elementos presentes en una siembra?
Los elementos que siempre están presenten en una siembra son los siguientes:
1. El sembrador: “Todo lo que el hombre sembrare”. Todas las personan son sembradores. No se limita a cristianos o no cristiano, sino que todas las personas sepan o no, son sembradoras. Dios hizo al hombre un sembrador por excelencia.
2. La semilla: “Hagamos bien”. La semilla es todo lo que los hombres hacemos, sean actitudes, palabras y acciones. Como siempre estamos haciendo estas cosas en la vida, nuestra vida es una permanente siembra. Toda semilla que sembremos dará su fruto según el género que tenga.
3. La tierra: “Hagamos bien a todos”. ¿Quiénes son todos? Las personas. Toda persona es un terreno de siembra.
Como podemos ver todas las personas nos relacionamos con otras y como todos somos sembradores querámoslo o no, siempre estaremos sembrando algo en alguien.
¿Qué es lo que hay que hacer para sembrar bien y tener una buena cosecha?
Para sembrar bien y tener una buena cosecha es necesario seguir los siguientes pasos:
1. Buscar a Dios para aprender a sembrar.
Oseas 10:12 = “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes”.
El primer paso que debemos tomar para sembrar bien es buscar a Dios. Dice la palabra que es tiempo de buscar a Dios hasta que nos enseñe la justicia que es la forma de sembrar bien. Hay que tener paciencia y pasar tiempo buscando a Dios hasta que sepamos como hacerlo. No podemos dar un paso en falso si es que no sabemos que es lo que hay que hacer. Debemos aprender su justicia, cuales son los pensamientos de Dios y como opera.
La siembra y cosecha es una ley que Dios estableció para todo los hombres, sean cristianos o no, y como hijos de Dios debemos ser los que mejor usan esta ley.
Para hacer una buena siembra se requiere saber bien como hacerlo por eso es que necesitamos aprender de Dios y de su gracia para hacerlo. Sembrar bien no es llegar y tirar cualquier semilla y listo. Es importante conocer a Dios, como piensa y como opera.
2. Identificar la cosecha
Junto con buscar a Dios y aprender a sembrar, debemos identificar lo que vamos a cosechar antes de realizar la siembra.
Para sembrar no podemos tener una vista corta, sino que necesitamos tener visión. Tenemos que ver lo que queremos cosechar antes de sembrar.
1 Corintios 9:10-11 = “Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?”
El que siembra, ara o trilla siendo estas tres cosas parte del proceso de siembra y cosecha, lo “debe” hacer con esperanza de recibir del fruto. La siembra se hace movido por una expectativa o esperanza de cosecha y es por esto que para sembrar debemos saber qué es lo que queremos cosechar.
En el plano espiritual y ministerial para saber que queremos cosechar, Dios debe abrir nuestros ojos espirituales para ver en el espíritu lo que el quiere para nuestras vidas. Necesitamos ver la visión que ha puesto sobre nuestro líder por que en ella está inserto nuestro futuro con Dios. Necesitamos ver qué haremos nosotros dentro de esa visión y qué necesitaremos para cumplir nuestra función bien en la visión. Toda nuestra vida gira en torno al propósito y la visión de Dios. El dice que aquellos que le siguen se han entregado por completo a Él, porque todo es por Él en Él y para Él.
Entonces podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que queremos cosechar?
3. Identificar la semilla
Para cosechar lo que deseamos, debemos sembrar lo mismo en otros.
Al saber la visión y lo que Dios quiere darnos, y saber lo que queremos tener; podemos escoger la semilla adecuada para sembrar y cosechar ese fruto. Es como saber que variedad necesitamos y entonces podremos escoger la semilla correcta.
Muchos quieren cosechar cosas siendo que han sembrado totalmente lo contrario. Si queremos que nos respeten y no respetamos a nadie, nos estamos engañando a nosotros mismos pretendiendo burlarse de Dios.
¿Qué semilla necesita ud? Respeto, amor, honra, amabilidad, cosas, etc.
4. Conseguir la semilla
Una vez que sabemos que semilla necesitamos podemos pedírsela a Dios:
2 Corintios 9:10 = “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia…”
Podremos pedirle a Dios la semilla correcta, el da semilla al que siembra. Porque necesitamos semilla espiritual y no carnal, puesto que el que siempre para la carne segará corrupción, pero el que siempre en el espíritu de Él cosechará vida eterna. Por eso el fruto del Espíritu es en toda justicia.
Gálatas 6:8 = “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.
Muchas veces en nuestras fuerzas y nuestra carne no es posible sembrar lo que necesitamos, y es por eso que debemos pedirle a Dios semillas. A veces queremos ser amables, pero nos cuesta demasiado, o queremos dar algo y somos avaros. Es por eso que debemos pedirle a Dios semillas.
5. Identificar el tiempo de la siembra
Cuando sabemos lo que queremos cosechar, identificamos la semilla y le pedimos a Dios que nos de sus semillas; debemos saber cuando y donde sembrarla.
Gálatas 6:10 = “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.
El tiempo de siembra es cuando se abre una oportunidad. Hay que saber muy bien lo que vamos a sembrar para identificar la oportunidad de hacerlo. Por no saber sembrar y no saber que cosechar muchos están distraídos y dejan pasar grandes oportunidades en su vida.
Debemos ser entendidos en los tiempos y saber cuando es el tiempo de sembrar. Muchos no aprovechan el tiempo se solteros para invertir más tiempo en las cosas de Dios y así sembrar para el Espíritu. Si es amor lo que queremos, cuando veamos a alguien necesitado de afecto será nuestra gran oportunidad de siembra.
6. Asegurar la cosecha
Todos los esfuerzos que hagamos serán inútiles si perdemos la cosecha.
Gálatas 6:9 = “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Vamos a cosechar lo bueno sólo si “no desmayamos”. La cosecha esta condicionada a esto.
Una cosecha nunca debe perderse. Tanto así que Jesucristo necesita obreros para cosechar su siembra. La cosecha es una parte muy importante en una siembra. Sembrar y no dejar de hacer el bien, eso cuida de que la semilla se desarrolle y de su fruto. Un sembrador debe saber que hay semillas que tienen un proceso largo para que estén listas para la cosecha. Hay que arar con esperanza hasta comer del fruto.
Gálatas 6:7-19 = “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.
Dios estableció una ley para nosotros los hombres donde todo lo que hagamos tendrá una cosecha. Según esta ley lo que hagamos será inevitablemente cosechado por nosotros mismos y ningún ser humano la puede esquivar. Esta ley afecta a todos los hombres por igual.
Por lo tanto esta ley nos afecta a todos dado que muchas cosas que vivimos y tenemos hoy son la cosecha de algo que sembramos en el pasado. Todos queremos tener un buen futuro y una buena vida dentro de la santidad y voluntad de Dios y para esto se hace necesario el sembrar bien.
Dios quiere que vivamos su vida y que disfrutemos el vivir con Él. Quiere que disfrutemos el trabajo, el ministerio, las relaciones etc. Dios fue quien creo y estableció la ley de siembra y cosecha para todos los hombres, y nosotros como hijos de Dios debemos ser los que mejor la usan y poder vivir mejor.
Una buena siembra siempre tendrá una buena cosecha y una mala siembra siempre tendrá una mala cosecha.
¿Cuáles son los elementos presentes en una siembra?
Los elementos que siempre están presenten en una siembra son los siguientes:
1. El sembrador: “Todo lo que el hombre sembrare”. Todas las personan son sembradores. No se limita a cristianos o no cristiano, sino que todas las personas sepan o no, son sembradoras. Dios hizo al hombre un sembrador por excelencia.
2. La semilla: “Hagamos bien”. La semilla es todo lo que los hombres hacemos, sean actitudes, palabras y acciones. Como siempre estamos haciendo estas cosas en la vida, nuestra vida es una permanente siembra. Toda semilla que sembremos dará su fruto según el género que tenga.
3. La tierra: “Hagamos bien a todos”. ¿Quiénes son todos? Las personas. Toda persona es un terreno de siembra.
Como podemos ver todas las personas nos relacionamos con otras y como todos somos sembradores querámoslo o no, siempre estaremos sembrando algo en alguien.
¿Qué es lo que hay que hacer para sembrar bien y tener una buena cosecha?
Para sembrar bien y tener una buena cosecha es necesario seguir los siguientes pasos:
1. Buscar a Dios para aprender a sembrar.
Oseas 10:12 = “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes”.
El primer paso que debemos tomar para sembrar bien es buscar a Dios. Dice la palabra que es tiempo de buscar a Dios hasta que nos enseñe la justicia que es la forma de sembrar bien. Hay que tener paciencia y pasar tiempo buscando a Dios hasta que sepamos como hacerlo. No podemos dar un paso en falso si es que no sabemos que es lo que hay que hacer. Debemos aprender su justicia, cuales son los pensamientos de Dios y como opera.
La siembra y cosecha es una ley que Dios estableció para todo los hombres, sean cristianos o no, y como hijos de Dios debemos ser los que mejor usan esta ley.
Para hacer una buena siembra se requiere saber bien como hacerlo por eso es que necesitamos aprender de Dios y de su gracia para hacerlo. Sembrar bien no es llegar y tirar cualquier semilla y listo. Es importante conocer a Dios, como piensa y como opera.
2. Identificar la cosecha
Junto con buscar a Dios y aprender a sembrar, debemos identificar lo que vamos a cosechar antes de realizar la siembra.
Para sembrar no podemos tener una vista corta, sino que necesitamos tener visión. Tenemos que ver lo que queremos cosechar antes de sembrar.
1 Corintios 9:10-11 = “Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?”
El que siembra, ara o trilla siendo estas tres cosas parte del proceso de siembra y cosecha, lo “debe” hacer con esperanza de recibir del fruto. La siembra se hace movido por una expectativa o esperanza de cosecha y es por esto que para sembrar debemos saber qué es lo que queremos cosechar.
En el plano espiritual y ministerial para saber que queremos cosechar, Dios debe abrir nuestros ojos espirituales para ver en el espíritu lo que el quiere para nuestras vidas. Necesitamos ver la visión que ha puesto sobre nuestro líder por que en ella está inserto nuestro futuro con Dios. Necesitamos ver qué haremos nosotros dentro de esa visión y qué necesitaremos para cumplir nuestra función bien en la visión. Toda nuestra vida gira en torno al propósito y la visión de Dios. El dice que aquellos que le siguen se han entregado por completo a Él, porque todo es por Él en Él y para Él.
Entonces podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que queremos cosechar?
3. Identificar la semilla
Para cosechar lo que deseamos, debemos sembrar lo mismo en otros.
Al saber la visión y lo que Dios quiere darnos, y saber lo que queremos tener; podemos escoger la semilla adecuada para sembrar y cosechar ese fruto. Es como saber que variedad necesitamos y entonces podremos escoger la semilla correcta.
Muchos quieren cosechar cosas siendo que han sembrado totalmente lo contrario. Si queremos que nos respeten y no respetamos a nadie, nos estamos engañando a nosotros mismos pretendiendo burlarse de Dios.
¿Qué semilla necesita ud? Respeto, amor, honra, amabilidad, cosas, etc.
4. Conseguir la semilla
Una vez que sabemos que semilla necesitamos podemos pedírsela a Dios:
2 Corintios 9:10 = “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia…”
Podremos pedirle a Dios la semilla correcta, el da semilla al que siembra. Porque necesitamos semilla espiritual y no carnal, puesto que el que siempre para la carne segará corrupción, pero el que siempre en el espíritu de Él cosechará vida eterna. Por eso el fruto del Espíritu es en toda justicia.
Gálatas 6:8 = “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.
Muchas veces en nuestras fuerzas y nuestra carne no es posible sembrar lo que necesitamos, y es por eso que debemos pedirle a Dios semillas. A veces queremos ser amables, pero nos cuesta demasiado, o queremos dar algo y somos avaros. Es por eso que debemos pedirle a Dios semillas.
5. Identificar el tiempo de la siembra
Cuando sabemos lo que queremos cosechar, identificamos la semilla y le pedimos a Dios que nos de sus semillas; debemos saber cuando y donde sembrarla.
Gálatas 6:10 = “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.
El tiempo de siembra es cuando se abre una oportunidad. Hay que saber muy bien lo que vamos a sembrar para identificar la oportunidad de hacerlo. Por no saber sembrar y no saber que cosechar muchos están distraídos y dejan pasar grandes oportunidades en su vida.
Debemos ser entendidos en los tiempos y saber cuando es el tiempo de sembrar. Muchos no aprovechan el tiempo se solteros para invertir más tiempo en las cosas de Dios y así sembrar para el Espíritu. Si es amor lo que queremos, cuando veamos a alguien necesitado de afecto será nuestra gran oportunidad de siembra.
6. Asegurar la cosecha
Todos los esfuerzos que hagamos serán inútiles si perdemos la cosecha.
Gálatas 6:9 = “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Vamos a cosechar lo bueno sólo si “no desmayamos”. La cosecha esta condicionada a esto.
Una cosecha nunca debe perderse. Tanto así que Jesucristo necesita obreros para cosechar su siembra. La cosecha es una parte muy importante en una siembra. Sembrar y no dejar de hacer el bien, eso cuida de que la semilla se desarrolle y de su fruto. Un sembrador debe saber que hay semillas que tienen un proceso largo para que estén listas para la cosecha. Hay que arar con esperanza hasta comer del fruto.
No te canses de sembrar bien y hacer bien luego de la siembra para que tengas una gran cosecha.
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